Soy un pozoalbense que, por las circunstancias de la vida, me ha tocado vivir fuera de mi pueblo desde que tenía doce años, pero siempre se conserva el amor al terruño y cuando puedo vuelvo a dar una vuelta, aunque es verdad que por vivir en Tenerife, esto no me es fácil. Esta semana santa volví, después de bastantes años, y me encontré con un pueblo que había experimentado un gran desarrollo, sobre todo, si lo comparo con el Pozoblanco de mi niñez. Me alegró mucho al recorrer sus calles, sus iglesias , mi colegio salesiano, gracias a mi amigo Antonio Rides Romero , que me acompañó en la visita al recinto. Qué poco quedaba de mis años de colegial, la iglesia, el teatro y las clases de encima de éste. Todo ha sido remodelado: la entrada, el campo chico, el campo grande, la huerta ha desaparecido. La impresión que me llevé fue muy grata.
Al recorrer sus calles, me encontré en el Paseo Marcos Redondo, antiguo paseo de la estación, que en la misma entrada al paseo están fabricando un edificio, que al no respetar la alineación y sobresalir de ella, estrecha de mala manera la vía, rompiendo la armonía y estética del paseo, formando un rincón, a todas luces, feo e innecesario. Todos los que íbamos en el grupo sacamos la misma conclusión:¿ Cómo se pueden hacer estas cosas tan mal hechas?¿Qué razones tiene el ayuntamiento para dar estas licencias?¿El pueblo no dice nada?. Posteriormente toqué el tema con los pocos conocidos que aún me quedan en el pueblo y la opinión era unánime, aquello era un disparate que no había que hacer. Los políticos, a veces ,olvidan que el urbanismo de un pueblo hay que estudiarlo muy bien y con visión de futuro, ya que no afecta solamente a la generación presente, sino a las generaciones futuras.
Acabo de leer en el digital del diario Córdoba, que la justicia ha parado la obra. Menos mal que la razón se impone y aquello que no quisieron o pudieron ver los goberantes lo ha remediado la justicia. Rectificar es de sabios y más en una cosa que afecta al bien común de un pueblo. Me felicito y felicito a mis paisanos por conseguir que las cosas se hagan como desde un principio tenían que haberse hecho.
Al recorrer sus calles, me encontré en el Paseo Marcos Redondo, antiguo paseo de la estación, que en la misma entrada al paseo están fabricando un edificio, que al no respetar la alineación y sobresalir de ella, estrecha de mala manera la vía, rompiendo la armonía y estética del paseo, formando un rincón, a todas luces, feo e innecesario. Todos los que íbamos en el grupo sacamos la misma conclusión:¿ Cómo se pueden hacer estas cosas tan mal hechas?¿Qué razones tiene el ayuntamiento para dar estas licencias?¿El pueblo no dice nada?. Posteriormente toqué el tema con los pocos conocidos que aún me quedan en el pueblo y la opinión era unánime, aquello era un disparate que no había que hacer. Los políticos, a veces ,olvidan que el urbanismo de un pueblo hay que estudiarlo muy bien y con visión de futuro, ya que no afecta solamente a la generación presente, sino a las generaciones futuras.
Acabo de leer en el digital del diario Córdoba, que la justicia ha parado la obra. Menos mal que la razón se impone y aquello que no quisieron o pudieron ver los goberantes lo ha remediado la justicia. Rectificar es de sabios y más en una cosa que afecta al bien común de un pueblo. Me felicito y felicito a mis paisanos por conseguir que las cosas se hagan como desde un principio tenían que haberse hecho.
