"La reducción de cerca de 200.000 euros en la subvención que el Gobierno de Canarias, junto con otros 200.000 euros de merma en las donaciones particulares a la ONG han hecho que la organización se vea obligada a despedir a unos 20 trabajadores." ( Canarias7)
Caritas es una ONG con una trayectoria social digna de todo elogio, por sus servicios básicos al sector más desfavorecido de la sociedad. Cumple con una misión, en España y en todo el mundo, que deberían, sobre todo en los paises ricos, cumplir las autoridades civiles.
En estos tiempos de crisis, los comedores regentados por esta ONG se han visto obligados a multiplicar sus servicios, ante la demanda de alimentos de ciudadanos en paro y sin recursos. Es, a todas luces, injusto, que dadas estas circunstancias, se le reduzca la subvención en 200.000 euros.
El dinero que emplea Cáritas, por tener un gran número de voluntarios que no cobran nada por sus servicios, es de una gran eficacia, un euro rinde como dos. Y sus servicios son inmediatos. Cuántos casos urgentes son endosados por los servicios sociales de los ayuntamientos a esta organización para que los resuelva, ya que la burocracia oficial retrasa por semanas, necesidades que hay que solucionar en el día.
En esta crisis se está retratando la sensibilidad y el espíritu de servicio que tienen muchos de nuestros políticos. Si los sometiéramos a examen, los tendríamos que calificar con un suspenso bajo.
Señores gobernantes, el dinero de nuestros impuestos, y que a veces Vds. manejan tan alegremente, son para que los administren comenzando por atender las necesidades más perentorias, y ninguna lo es tanto, como dar de comer y vestir a los ciudadanos que lo necesitan. Hagan los recortes que tengan que hacer, pero no de lo necesario. Para qué les voy a hacer una lista de cosas innecesarias en las que gastan el dinero, Vds. la conocen muy bien. Los ciudadanos, exigimos una atención adecuada a aquellos conciudadanos nuestros que lo necesitan, que han perdido el trabajo, que lo están pasando mal. Hay muchas cosas que pueden esperar, ésta no.
Me gustaría meterme por unos instantes en las mentes de los políticos que manejan y disponen de presupuestos económicos, a ver cómo piensan. Me atrevería a hacerles la siguiente pregunta: ¿ Vd. es plenamente consciente de que ese dinero que gasta no es suyo, sino que es simplemente un administrador de los bienes del pueblo?
Caritas es una ONG con una trayectoria social digna de todo elogio, por sus servicios básicos al sector más desfavorecido de la sociedad. Cumple con una misión, en España y en todo el mundo, que deberían, sobre todo en los paises ricos, cumplir las autoridades civiles.
En estos tiempos de crisis, los comedores regentados por esta ONG se han visto obligados a multiplicar sus servicios, ante la demanda de alimentos de ciudadanos en paro y sin recursos. Es, a todas luces, injusto, que dadas estas circunstancias, se le reduzca la subvención en 200.000 euros.
El dinero que emplea Cáritas, por tener un gran número de voluntarios que no cobran nada por sus servicios, es de una gran eficacia, un euro rinde como dos. Y sus servicios son inmediatos. Cuántos casos urgentes son endosados por los servicios sociales de los ayuntamientos a esta organización para que los resuelva, ya que la burocracia oficial retrasa por semanas, necesidades que hay que solucionar en el día.
En esta crisis se está retratando la sensibilidad y el espíritu de servicio que tienen muchos de nuestros políticos. Si los sometiéramos a examen, los tendríamos que calificar con un suspenso bajo.
Señores gobernantes, el dinero de nuestros impuestos, y que a veces Vds. manejan tan alegremente, son para que los administren comenzando por atender las necesidades más perentorias, y ninguna lo es tanto, como dar de comer y vestir a los ciudadanos que lo necesitan. Hagan los recortes que tengan que hacer, pero no de lo necesario. Para qué les voy a hacer una lista de cosas innecesarias en las que gastan el dinero, Vds. la conocen muy bien. Los ciudadanos, exigimos una atención adecuada a aquellos conciudadanos nuestros que lo necesitan, que han perdido el trabajo, que lo están pasando mal. Hay muchas cosas que pueden esperar, ésta no.
Me gustaría meterme por unos instantes en las mentes de los políticos que manejan y disponen de presupuestos económicos, a ver cómo piensan. Me atrevería a hacerles la siguiente pregunta: ¿ Vd. es plenamente consciente de que ese dinero que gasta no es suyo, sino que es simplemente un administrador de los bienes del pueblo?