Espérame por la noche
cuando la luz ya se apaga,
cuando las estrellas lucen
y cuando el silencio manda.
Dame tu mano de rosa,
dame tu mano de plata,
y juntos caminaremos
por la arena de la playa.
Sin que nadie nos moleste
ni interrumpa nuesta marcha,
ni susurre con malicia
cuchicheos a nuestra espalda.
Siento la savia correr
por el jardín de mi alma
cuando te tengo tan cerca
y miro tu bella cara .
No quiere salir la luna
en esta noche callada,
siente celos de encontrar
tu belleza enamorada.
No me miren las estrellas,
sólo quiero tu mirada.
¿Para qué quiero otra luz
si con la tuya me basta?
viernes, 18 de mayo de 2012
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