jueves, 7 de marzo de 2013

Caridad


Hay una bella joya difamada
por ignaros que no sienten aprecio
por la excelencia del más alto precio
que el corazón del hombre fabricara.

Pues confunden la caridad cristiana
con una simple dádiva, sin peso,
olvidando la esencia, que por dentro
oculta, y fructifica en bondad humana.

Antes que el  óbolo dé al necesitado,
un don más precioso sale de su alma,
motivo profundo de su agasajo.

Es la caridad, el amor que iguala
a todos los hombres como hermanos,
la donante amorosa de su dádiva.