lunes, 18 de octubre de 2010

¿Sentido de Estado?

Los nacionalistas tienen más sentido de Estado que el Partido Popular.-( Blanco)

No tengo que defender al partido popular, tiene quien lo haga, y mi comentario sólo se versará sobre la primera parte de la frase.

  Sr. Blanco, ¿por quién nos ha tomado a los españoles?.- ¿Por unos pobres analfabetos que no entienden de nada, a quienes se le puede engañar porque los pobrecitos admiten todo lo que le echen?

  Los nacionalistas, cuyo objetivo principal es acabar con el Estado Español, resulta, según Vd. que son sus salvadores. Salvadores sí, pero no del Estado, sino de sus poltronas, de su mal gobierno, de su ineficacia. El Estado le importa tres cominos, ellos lo van derribando poco a poco, con su consentimiento y colaboración, y con sus ladrillos están resucitando, de nuevo, sus reinos de taifas. Este es el sentido de Estado que tienen los nacionalistas y ustedes mismos, mantener un esqueleto de estado.

  Cuando la inmensa mayoría de los españoles, que no tenemos nada que ver con los partidos políticos, sino que lo que nos interesa es que la cosa funcione, gobierne quien gobierne, ese no es nuestro problema, estamos clamando porque se vayan a su casa estos pésimos gestores de la cosa pública que nos están llevando a la ruina. Si los nacionalistas tuvieran el más mínimo sentido de Estado lo que debían haber hecho es oír al pueblo y buscar unos gobernantes más eficientes. Pero no, ellos han conseguido lo que querían, engordar cada vez más su independentismo insolidario, y permitir que siga un gobierno débil a quien sacarle todo lo posible. Tampoco le interesa el gobierno, lo que les interesa es la fuente donde sacar todos los beneficios posibles, no vaya a ser que venga un gobierno fuerte y su negocio se les acabe.

Si el estado se queda sin contenidos, no sirve para nada, es un cadáver, se acabará la igualdad entre los españoles, la solidaridad con los más pobres, habrá ciudadanos de primera de segunda y de tercera. Cuando Europa ha apostado por la unión, aquí se hace lo contrario, volver a la desunión.
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Hago un alto de una semana, salgo de las islas para dilatar el espíritu comprimido del isleño.
Adiós hasta la vuelta.