Si uno no tuviera ya las neuronas acostumbradas a vientos y tempestades, correrían el peligro de cambiar de especie animal y no someterse a tantos malos tratos. Hay cadenas de televisión que parecen tener por lema, antes morir que perder audiencia. Para ello se inventan los programas más estrafalarios y disparatados, crean mitos para enganchar a una audiencia poco cultivada y populachera, pero no mitos adornados de arte o de otros dones o cualidades que lleven a la admiración, no, son mitos de, como decía mi madre, tente mientras cobro, de usar y tirar. Lo peor de muchos de estos casos es que estos mitos no ofrecen nada, se dedican a despellejar al prójimo, no respetando ni a vivos ni a difuntos. Qué manera de desformar al pueblo.
Como aquí todo vale,se le ha ocurrido a la cadena de los fabricantes de mitos de papel, encargar una encuesta sobre las posibilidades políticas de su actual mito. Yo sinceramente creo que los sometidos a dicha encuesta, se lo han debido tomar a canchondeo, y sus respuestas son el resultado que se merece esta mascarada, no tiene otra explicación lógica. Aunque hay gente, que se sirve del voto para defender los más variados intereses, todo menos buscar buenos gobernantes, que es la finalidad justa de la votación, no creo que lleguen a estos extremos.
Ya sabemos que hay mucha gente desesperada con la pésima gestión de los actuales gobernantes, y la deseperación los puede llevar a cometer las acciones más insólitas, pensando que peor no se pueden hacer las cosas; lo mismo le da blanco que negro. No condeno tanto a los encuestados, como a los que mueven los hilos de este tinglado, con la única intención de enriquecerse, a cualquier costa.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Diálogo
Cuando compongo un poema
cierro mis puertas al viento,para que no me interrumpa,
ni mezcle mis pensamientos.
Quiero estar solo, conmigo,
sin testigos y en silencio,
sin nada que me distraiga
ni altere mis sentimientos.
Quiero ver con nitidez,
sin colores truculentos
que cambien la realidad
de lo que observar, pretendo.
Quiero dialogar tranquilo
con mi espíritu sincero,
aunque oiga sus reproches
por mi mal comportamiento.
Pero me enseña mil cosas,
si a su voz estoy atento,
y medito razonando
sus mensajes verdaderos.
No quiero antenas que traigan
interferencias, que luego
se mezclan con los susurros,
y a mi espíritu no entiendo.
Fuera de mí hay otros mundos
con intereses terrenos
que sirven para inquietar
la quietud que más deseo.
Desahogo en el poema
inquietudes, sentimientos,
anhelos no conseguidos,
todo se lo lleva el viento.
No hago poemas extraños,
son mis propios sentimientos
que libero, cuando escribo,
pues no quiero prisioneros.
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