Cuánto tienen que aprender estos políticos nuestros para hacer las cosas bien. Lo primero que tienen que aprender es fijar el objetivo número uno de España, que no es otro, que el país funcione de la mejor manera posible, resolviendo sus problemas, y abriendo horizontes de prosperidad. Y para conseguir esto, hay que echar mano de toda la clase política, para eso los nombramos nuestros representantes, para que de una forma o de otra gobiernen o ayuden a gobernar, no votamos a nadie para que esté en la oposición, calentando un banco en el hemiciclo, diciendo de vez en cuando cuatros frases insustanciales, pelearse infructuosamente con los que gobiernan y cobrando un sueldo de nuestros impuestos.
En los actuales convenios, para tratar las pensiones, y la crisis económica, se ha echado de menos, en la mesa de negociación, al resto de la clase política, sobre todo al PP, representante de más de diez millones de votantes, y no para pelearse entre ellos, no, sino para trabajar todos a una, aportando la luz y las soluciones más eficaces para resolver el problema, dejándose de ideologías partidistas. Mientras nuestros políticos, en las grandes necesidades de la nación, no sepan unirse, dejando aparte sus diferencias, para resolver estos grandes problemas, esto es un signo evidente de que aún no han madurado lo suficiente para poder ser unos eficientes gobernantes.
En un país, con unos gobernantes dignos y serios, las grandes soluciones deben tomarse, sin tintes ideológicos, es la única forma de que perduren a los respectivos gobiernos y le den continuidad y estabilidad a la vida pública. Pero para esto hay que tener la ideas de servicio público muy claras, y anteponerlas a los intereses particulares y de partido.
No queremos tantas divisiones que a nada conducen, sino a despilfarrar energías, que habría que emplear en conseguir objetivos más fructíferos. Si ante una emergencia económica y social, los políticos que hemos elegido para que nos administren la cosa pública, son incapaces de afrontar unidos este gran problema, vital para la nación entera, dejando de lado sus diferencias, creo que nos hemos equivocado al elegirlos.
lunes, 7 de febrero de 2011
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