domingo, 29 de mayo de 2011

Urge empezar de nuevo

"Leguina opina que “ya se vio la noche del desastre que Rodríguez Zapatero y sus amigosno estaban dispuestos a realizar un solo ejercicio de autocrítica”. Escribe en La Gaceta: “Si de verdad ZP quisiera hacerle un favor al PSOE se iría ya, olvidándose de la pretensión de heredarse a sí mismo a través de Carme Chacón mediante unas primarias. Mientras los turcos rodeaban Constantinopla, los dirigentes cristianos discutían acerca de los genitales de los ángeles. Ante parejas circunstancias, el PSOE anuncia primarias. ¿Y qué siente la militancia del PSOE? Tengo para mí que —aparte de los paniaguados, que no sé cuántos son— la gente normal del PSOE lo que quiere es que Zapatero y sus viudas se vayan a sus casas. Parece que sí, que algo se mueve en las hoy agitadas aguas del PSOE. No podía ser de otra manera, pues ha llegado la hora de la verdad, de decir la verdad, pues el silencio ya no será —como hasta ahora— cobardía o seguidismo. El silencio en el interior del partido es, desde el domingo pasado, traición o suicidio”.


Estoy totalmente de acuerdo con las palabras del Sr. Leguina, uno de los pocos socialistas que hablan claro, sin miedos a que lo dejen fuera del reparto de la tarta, posiblemente porque ya está harto y no aspira a manjares tan dulces.

El pueblo español ya le ha dicho, en las urnas, a Zapatero que se vaya a su casa, que no lo ha podido hacer peor, y han sido muchos de su partido, sin comérselo ni bebérselo, los que han sido arrastrados por los efectos de la ola "antizapateril" que los ha privado de los puestos de responsabilidad que tenían. Porque ZP no sólo ha sido nefasto para España y los españoles, sino para su propio partido. Lo que extraña es que no hayan salido ya miles de Leguinas, aunque no fuera nada más que por defender a su propio partido de un individuo que se aferra al poder por encima de  los intereses de los demás.

Ante la situación actual, se han oído voces sensatas y valientes exigiendo lo que todo el mundo ve como lo más conveniente para España y para el PSOE. Pero son solamente eso, voces, tendría que ser el coro, en pleno, de la familia socialista, los que al unísono levantara la voz para despertar a este inconsciente de su embriaguez de poder y mandarlo a meditar a su tierra de León.

No vale retardar artificialmente la agonía de un enfermo terminal, urge comenzar de nuevo y esta urgencia es necesaria para el país y para el partido. Los parches no conducen a nada. Hay que partir de cero, borrón y cuenta nueva. Congreso en el partido y nombramiento de un nuevo secretario general y elecciones generales en España. No se puede perder más tiempo.