sábado, 16 de julio de 2011

Pinceladas 47

  • Los revolucionarios han servido para hacer la revolución, pero no para encauzar al pueblo al día siguiente.
  • La historia de la humanidad ha sido una constante, en la que la mayoría trata de liberarse de la minoría.
  • La felicidad no es ningún premio gordo, es la suma de muchas pedreas.
  • Mientras más sabemos más ignoramos.
  • Cada conocimiento es una puerta abierta a nuevos conocimientos.
  • El que se cree que lo sabe todo es porque tiene cerradas todas las ventanas de su inteligencia.
  • Dar una falsa solución a un problema es poner un muro en el camino de su resolución.
  • Aunque no seamos soles, no infravaloremos la luz de la vela con la que podemos contribuir a que el mundo tenga menos tinieblas.
  • No existen leyes más injustas que aquellas que velan por el derecho a la propiedad de los que amontonan riquezas sin límites.
  • No podemos imponer nuestras leyes a la naturaleza, la naturaleza tiene sus leyes propias.
  • No admitas tintes negros en el cuadro de tu vida, sustitúyelos por el colorido del arco de la alegría.
  • Los odios y resentimientos van secando, poco a poco, el árbol de la vida.
  • Nunca siembres campo ajeno con malas semillas, el viento te las devolverá multiplicadas a tu propio campo.
  • No hay que tener miedo por cercenar las ramas que le impiden al árbol recibir la luz necesaria.
  • Siempre que observo una abeja le agradezco los postres de mi mesa.
  • Si en la vida abriéramos la cámara del agradecimiento, estaríamos todo el día captando imágenes.
  • La esperanza es un bonito cofre, pero que siempre está vacío.
  • El crepúsculo de la mañana se viste con capa blanca, y el del atardecer obscura tiene la capa.
  • No se cómo armonizar mi mente treintañera y mi cuerpo septuagenario.
  • Se ha mitificado tanto el concepto de verdad, que  se ignora su verdadero significado.