viernes, 6 de mayo de 2011

Mi casa interior

Quiero construir mi vida
con sencillez y humildad,
y que no tenga mi casa
estancias sin claridad.

Que mis ventanas sean todas
diáfanas como la mar,
que sólo pase la luz
y nunca la obscuridad.

No quiero zonas obscuras
donde habite la maldad,
ni pasadizos de sombras
que impidan el caminar.

Que las paredes sean blancas
como espejos de cristal,
y suene en ellas el eco
de mis momentos de paz.

Que no tenga recovecos
ni rincones que mirar
cuando camino por ella
y engendro mi libertad.

Redonda quiero que sea,
por todas partes  igual,
que no tenga habitaciones
pues no la quiero quebrar.

Que cuando lleguen los vientos
y sople fuerte el huracán,
la redondez de su techo
la defienda contra el mal.

No quiero adorno ninguno
en sus paredes de cal,
sencillez y pulcritud
como celda monacal.

Que mi espíritu nocturno
deambule sin encontrar
intrusos que le coarten
vivencias y libertad.