sábado, 25 de junio de 2016

Tu vida es el camino

Caminante de la vida
cuida tu senda con mimo,
sin prisas por terminarla,
vive y goza del camino.

Nunca pases, inconsciente,
por los valles y los ríos,
por las montañas nevadas,
por los prados y baldíos.

Fija tus ojos abiertos
en las flores del camino,
y exhala, con fruición,
el perfume de los lirios.

No dejes que el alba pase
y te sorprenda dormido,
que esta tan bella señora
quiere conversar contigo.

Báñate, cuando te canses,
en el azul, siempre vivo,
de los lagos, que te ofrecen
su frescor depurativo.

Párate cuando las aves,
en la encina o el olivo,
acompañen a la aurora
con sus gorjeos matutinos.
                      
Oye al viento que resopla
en las hojas de los tilos,
fabricando mariposas
con sus peciolos dormidos.

Goza con el corderillo
que retoza agradecido,
pisando la verde alfombra
que el rocío le ha tejido.

No tengas prisa que acabe,
es tu alegría y regocijo,
respira paz, y sosiego,
pues tu vida es el camino.