sábado, 26 de mayo de 2012

¿La ley fomenta la delincuencia?

     Dos de los 10 detenidos por la muerte de un adolescente de 16 años tiroteado anoche en el barrio madrileño de Puente de Vallecas tienen 13 años y otro de ellos tan sólo 12, por lo que son "inimputables" y han sido puestos a disposición de sus padres, según fuentes de la investigación.
     El menor de los 10 arrestados, un niño de 12 años, es español, como lo es también uno de los siete menores de entre 14 y 17 años que han sido trasladados al Grupo de Menores de la Policía y que, en principio, pasarán a la Fiscalía de Menores después de prestar declaración.(El Mundo)

Todas las leyes deben tener por finalidad el buen funcionamiento de la sociedad y la defensa de los ciudadanos. Pero a veces las ideologías políticas se convierten en leyes, por imperativo de los gobernantes, y estas leyes permisivas con el delincuente, van formando un ambiente social que termina por ir en contra de los más elementales derechos cívicos.

La ley del menor, en España, es un coladero y un fermento de delincuencia. Coladero, porque los adultos se valen, muchas veces, de los menores para realizar sus acciones delictivas, escudados en que si el menor es detenido, no es ni juzgado ni penalizado. Por otra parte, el menor va creciendo en este ambiente de delicuencia y así seguirá cuando llegue a la edad de adulto. No existe ningún cambio repentino porque se cumpla un determinado número de años.

Hoy día cualquier adolescente, aunque sea menor de edad, tiene conciencia de lo que hace y muchas veces lo expresa él mismo, con mucho de descaro, cuando afirma : soy menor y no me pueden hacer nada. Cifrar la mayoría de edad en un número determinado de años es una cosa muy relativa que ni aminora ni incrementa la responsabilidad de una persona. Habría que tomar otros criterios, a la hora de juzgar. Yo me inclinaría más por la consciencia que tiene el sujeto que por la edad.

Esta permisividad ha dado pie a que bandas de delincuentes y mafias de varios paises se establezcan en España, y esto no nos beneficia para nada. Pero la laxitud de nuestros gobernantes y las leyes que aprueban nos traen estas desagradables consecuencias.