jueves, 22 de diciembre de 2011

La cigüeña

Tiene su nido en la torre,
en la torre de la iglesia,
todos los años emigra,
pero en febrero regresa.

Los vecinos del lugar
todos los años la esperan,
y su gran nido de ramas
con su presencia se alegra.

Los niños van por las calles
alegres, como en las fiestas,
van pregonando encantados
que llegaron las cigüeñas.

A la salida del sol
se despierta la cigueña
y con su pico de lanza
crotora como una orquesta.

Vuela tranquila en la plaza,
y la sombra que proyecta
cruz negra pinta en el suelo
a la entrada de la iglesia.

Cruza los cielos volando,
busca alimento en la ciénaga,
pececillos y batracios
sus polluelos alimentan.

Los mima, cual buena madre,
y la gente que la observa
complacida y encantada
rememora la leyenda.

Ya el pueblo no está completo
si no viene la cigüeña,
para todos ellos es
la vecina blanca y negra.