lunes, 13 de septiembre de 2010

Estructuras insoportables.

Hay que cambiar las estructuras del estado, si queremos salir de la crisis y poder tener una economía saneada y posible. Los políticos han creado tal monstruo administrativo, que si nos descuidamos, terminará por engullirlo todo. El dinero público hay que administralo y emplearlo en los servicios publicos y no en tantas cosas, en las que hoy día se malgasta. No hay dinero para tantos gastos innecesarios. El gobierno ha comenzado por recortar los sueldos de funcionarios y pensionistas, lo más fácil y cómodo de hacer, se le da una orden al programa informático y asunto concluido.

La España democrática, que nos ha colado la clase política, nos ha llevado a la ruina, hay que eliminar infinidad de estructuras: senado, autonomías, reducir el número de ayuntamientos a la tercera parte, diputaciones provinciales, delegaciones en el extranjero, policías y televisiones autonómicas, cargos políticos, asesores, cargos de confianza, liberados sindicales, coches oficiales, gastos excesivos en fiestas, y todo lo que no sea estrictamente necesario. No es que no haya dinero, es que se derrocha el que hay y el que no hay, endeudándose de una forma temeraria e irracional.

Los sidicatos deben ser asociaciones libres e independientes del aparato del estado, y por lo tanto deben financiarse con las cuotas de sus asociados y los recursos que ellos generen, no de los impuestos de los ciudadanos, que en su inmensa mayoría, no pertenecen a sindicato alguno. Pero como la ideología de los dos grandes sindicatos es del mismo color que la del partido en el poder, todo son privilegios y concesiones, porque aquí tiene una gran masa de votos.

Me temo que los políticos actuales no estén dispuestos a meter tijera y acabar con este despilfarro ruinoso, lo han creado ellos para beneficiarse injustamente del dinero del contribuyente, para conseguir lo que no conseguirían nunca con su trabajo y favorecer a sus seguidores y amigos. No nos quedará otra alternativa al pueblo, que pensarnoslo muy bien, antes de votar, y exigir una votación de listas abiertas para que podamos escoger a los ciudadanos más idóneos y no a los que nos imponen.