lunes, 6 de febrero de 2017

Pinceladas 124


  • La felicidad no se mide por los cargos que tengas ni por las riquezas que poseas, sino por la satisfacción de tu propia vida.
  • Si no tienes una luz que te sirva para vivir, tu vida ha empezado a apagarse poco a poco.
  • No vivimos tiempos de mesianismos ni de liderazgos populacheros, el que quiera desenterrar estas formas, se ha equivocado de siglo.
  • Una sociedad que sólo aprende a exigir a los demás y no así misma, está sembrando aire y vacío.
  • Hay personalidades tan pobres, que tienen que blindarse, porque tienen tan poco que ofrecer, que temen quedarse vacías.
  • La palabra se prostituye cuando se hace vehículo de la mentira.
  • El hombre actual es libre como lo es un pez dentro de una pecera.
  • Las ofensas no valen lo que la paz de tu conciencia, no le des nunca el trofeo de vencedoras, dejándote perturbar por ellas.
  • Para llegar a la mansión de la felicidad hay que escoger muy bien el camino que conduce a ella.
  • Hay personas tan poco inteligentes, que malgastan su vida en conseguir objetivos que destruyen su felicidad.
  • En una democracia consolidada no hay lugar para los guerrilleros.
  • A veces el tiempo es cruel y sádico, además de quitarte la juventud, también te quita la belleza.
  • Hay quienes parece que han nacido para la guerra, no saben vivir en paz.
  • Es una contradicción que tratemos de curarnos en el sitio más insano, el hospital.
  • Las oposiciones más duras y exigentes deberían ser para designar al jefe de gobierno.
  • Si prescindiéramos, en nuestra vida, de las cosas innecesarias, nos sobraría dinero
  • La clarividencia es una de las cualidades necesarias en todo gobernante.
  • No podemos estar gobernados por hombres a medio formar, su juventud les priva de la experiencia necesaria y de los conocimientos adecuados para tan alta labor.
  • Los errores reconocidos  son una fuente de sabiduría, pero los no admitidos acrecientan la torpeza.
  • No tengas miedo a equivocarte, ten miedo a no reconocer el error.