- La felicidad no se mide por los cargos que tengas ni por las riquezas que poseas, sino por la satisfacción de tu propia vida.
- Si no tienes una luz que te sirva para vivir, tu vida ha empezado a apagarse poco a poco.
- No vivimos tiempos de mesianismos ni de liderazgos populacheros, el que quiera desenterrar estas formas, se ha equivocado de siglo.
- Una sociedad que sólo aprende a exigir a los demás y no así misma, está sembrando aire y vacío.
- Hay personalidades tan pobres, que tienen que blindarse, porque tienen tan poco que ofrecer, que temen quedarse vacías.
- La palabra se prostituye cuando se hace vehículo de la mentira.
- El hombre actual es libre como lo es un pez dentro de una pecera.
- Las ofensas no valen lo que la paz de tu conciencia, no le des nunca el trofeo de vencedoras, dejándote perturbar por ellas.
- Para llegar a la mansión de la felicidad hay que escoger muy bien el camino que conduce a ella.
- Hay personas tan poco inteligentes, que malgastan su vida en conseguir objetivos que destruyen su felicidad.
- En una democracia consolidada no hay lugar para los guerrilleros.
- A veces el tiempo es cruel y sádico, además de quitarte la juventud, también te quita la belleza.
- Hay quienes parece que han nacido para la guerra, no saben vivir en paz.
- Es una contradicción que tratemos de curarnos en el sitio más insano, el hospital.
- Las oposiciones más duras y exigentes deberían ser para designar al jefe de gobierno.
- Si prescindiéramos, en nuestra vida, de las cosas innecesarias, nos sobraría dinero
- La clarividencia es una de las cualidades necesarias en todo gobernante.
- No podemos estar gobernados por hombres a medio formar, su juventud les priva de la experiencia necesaria y de los conocimientos adecuados para tan alta labor.
- Los errores reconocidos son una fuente de sabiduría, pero los no admitidos acrecientan la torpeza.
- No tengas miedo a equivocarte, ten miedo a no reconocer el error.
lunes, 6 de febrero de 2017
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