Qué placentero es cerrar los ojos
y pasar de nuevo tu vida,
cuadro a cuadro, sin prisa,
saboreado los momentos felices,
alargando las gratas noticias.
Recordando mi infancia pasada,
mis juegos y cantos y gratas sonrisas,
mis años cumplidos de prisa,
que pasen que pasen, albricias.
Años de internado, de estudios,
de sueños, de metas cumplidas,
de siempre pensar en futuro,
la vida presente solo es concebida
pasarela que lleva a otra parte,
eslabón de cadena seguida.
Cuántos años esperando la meta .....
mas no hay metas que marquen tu vida,
sólo son hitos que marcan las sendas,
caminos, senderos, cuestas, fatigas.
Una vida llena de niños que aprenden,
de jóvenes vidas,
colegios, pupitres, pizarras, cuadernos,
retoños que crecen si tú los cultivas,
no me queda nada que ya no haya dado
en los muchos años de mi vida activa.
Pero ya esta etapa, veloz ha pasado,
la siguiente espera que feliz la viva,
serenos momentos, madurez, sin prisas,
sin aditamentos que no valen nada,
y que antes creía que mucho valían.
La simplicidad llena mi existencia,
el grano sin paja, la fruta sin cáscara,
lo aparente el viento levanta,
las modas no tiran de mi viejo carro,
los tintes no cambian mis colores claros.
jueves, 26 de noviembre de 2009
No hay freno ante la ambición.-P
Los españoles de a pie, aquellos que no vivimos directa ni indirectamente de la política, estamos decepcionados con los espectáculos, que a diario, nos ofrecen los políticos. Su denominador común es la ambición, la posesión del poder absoluto, para disponer, a su antojo, de los bienes y las personas, sin que haya nadie que los pueda controlar.
Esta ambición personal la quieren disfrazar de patriotismo autonómico y se arrogan la representación y voluntad de un pueblo que no comulga con sus ambiciones. Pongo por ejemplo la campaña orquestada con el estatuto de Cataluña, estatuto que fue aprobado, a pesar de que a la mayoría de los catalanes no les importaba para nada, ya que ni siquiera fueron a votar.
Señores políticos, no quieran engañarnos, como cuando España era un país de analfabetos, hoy las cosas han cambiado. A los españoles, de todas las autonomías, lo que nos interesa es vivir en paz, con un puesto de trabajo que nos permita atender a nuestras necesidades y las de nuestros hijos. Que las instituciones y servicios públicos, pagados con nuestros impuestos , funcionen y que la corrupción, tan generalizada hoy día, desaparezca de la vida pública. Lo demás, entiéndanlo bien, nos trae sin cuidado. Vuestras luchas por el poder, el querer volver a los reinos de taifas para que tengáis vuestro reino particular y absoluto, esto ya pasó a la historia hace muchos siglos.
No digan que la persecución de sus ambiciones la hacen en nombre de los pueblos, a los que deben gobernar, para darle fuerza a sus argumentos, no, la ambición es suya y solamente suya, no del pueblo.
Esta ambición personal la quieren disfrazar de patriotismo autonómico y se arrogan la representación y voluntad de un pueblo que no comulga con sus ambiciones. Pongo por ejemplo la campaña orquestada con el estatuto de Cataluña, estatuto que fue aprobado, a pesar de que a la mayoría de los catalanes no les importaba para nada, ya que ni siquiera fueron a votar.
Señores políticos, no quieran engañarnos, como cuando España era un país de analfabetos, hoy las cosas han cambiado. A los españoles, de todas las autonomías, lo que nos interesa es vivir en paz, con un puesto de trabajo que nos permita atender a nuestras necesidades y las de nuestros hijos. Que las instituciones y servicios públicos, pagados con nuestros impuestos , funcionen y que la corrupción, tan generalizada hoy día, desaparezca de la vida pública. Lo demás, entiéndanlo bien, nos trae sin cuidado. Vuestras luchas por el poder, el querer volver a los reinos de taifas para que tengáis vuestro reino particular y absoluto, esto ya pasó a la historia hace muchos siglos.
No digan que la persecución de sus ambiciones la hacen en nombre de los pueblos, a los que deben gobernar, para darle fuerza a sus argumentos, no, la ambición es suya y solamente suya, no del pueblo.
La niña de las flores.
A Belén, mi sobrina,
en su cumpleaños, con cariño
Cuando el sol tiende sus redes
en los bancos de la plaza,
las flores brotan lozanas
ofreciéndose al que pasa.
Caricias de manos blancas
entre los tallos se guardan,
y el que se lleva la flor
su ternura le acompaña.
La niña no vende, ofrece
gracia y luz al caminante,
y con las flores adorna
su sonrisa que reparte.
Pétalos de rosas blancas
son sus mejillas de seda,
las flores se las envidian
por su carita de reina.
Destellos policromados
irradian sus dos diamantes,
y la belleza floral
se refleja en su semblante.
Borbotones encarnados
de carmines son sus labios,
envidia de los claveles
las rosas y los geranios.
De mimosa es su cabello,
dorado, resplandeciente,
entorchado de jazmines,
liso,claro y trasparente.
Ósculos de terciopelo
los claveles y las rosas
intercambian cariñosos
cuando sus pétalos rozan.
Los compradores se acercan
para alguna flor comprar
pero la rosa más bella
no se la pueden llevar.
Cuando helios se despide
camino de otra morada
la niña duerme sus flores
entonándoles la nana.
en su cumpleaños, con cariño
Cuando el sol tiende sus redes
en los bancos de la plaza,
las flores brotan lozanas
ofreciéndose al que pasa.
Caricias de manos blancas
entre los tallos se guardan,
y el que se lleva la flor
su ternura le acompaña.
La niña no vende, ofrece
gracia y luz al caminante,
y con las flores adorna
su sonrisa que reparte.
Pétalos de rosas blancas
son sus mejillas de seda,
las flores se las envidian
por su carita de reina.
Destellos policromados
irradian sus dos diamantes,
y la belleza floral
se refleja en su semblante.
Borbotones encarnados
de carmines son sus labios,
envidia de los claveles
las rosas y los geranios.
De mimosa es su cabello,
dorado, resplandeciente,
entorchado de jazmines,
liso,claro y trasparente.
Ósculos de terciopelo
los claveles y las rosas
intercambian cariñosos
cuando sus pétalos rozan.
Los compradores se acercan
para alguna flor comprar
pero la rosa más bella
no se la pueden llevar.
Cuando helios se despide
camino de otra morada
la niña duerme sus flores
entonándoles la nana.
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