- No maltrates tus palabras, porque pueden cansarse de ser tus emisarios.
- Hay quien ha endiosado a la palabra, el verbo, pero no le encuentro la divinidad por ningún sitio.
- Cuando la fantasía y el deseo se mezclan con la realidad, se olvidan los puntos cardinales.
- El fanatismo hace a los indivíduos muy olvidadizos.
- Es muy peligroso dejarse dominar por una idea, se convierte en dictador de las demás.
- A veces pienso que por mi mente no ha pasado el tiempo.
- Cuando juego con mis nietos, de nuevo vuelvo a la niñez.
- Humillación voluntaria, soberbia camuflada.
- La evasión es la terapia de la realidad.
- Socialmente, vivimos anclados en la injusticia institucional.
- En democracia o en dictadura siempre el pueblo carga con la más dura.
- El poder se distraza de mil maneras pero en el fondo siempre es el mismo tirano.
- La crisis la paga el que no ha comprado la mercancia.
- El pesimista solamente ve sombras cuando luce el sol, pero no sus rayos nuevos.
- Los pueblos avanzan poco si se sitúan en los extremos.
- Si en el jardín familiar cultivas la planta del extremismo, malos frutos cosecharás.
- De qué nos vale resolver los pequeños problemas si los grandes son intocables.
- Cada uno tenemos un cofre donde guardamos nuestra felicidad, todos son de distinto tamaño, unos están llenos, otros vacíos y otros semillenos.
- Las formas agradables han sustituido a la bondad en el baremo apreciativo de nuestra sociedad.
- Cuando hacemos esperar a una persona, le estamos robando el bien más preciado que tiene, su propia vida, pero nadie nos sentimos ladrones.
jueves, 8 de diciembre de 2011
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