domingo, 27 de enero de 2013

Contemplación



No salgo de mi audaz atrevimiento
por querer contemplar tus maravillas,
y cantarte universo tan grandioso,
infinitud de mundos y de estrellas.

Luminarias pendientes en la noche
a distancias remotas, infinitas,
energías incontables en los cielos,
emociones que a los mortales intimidan.

Pequeñez de surgidos sentimientos,
nacidos de la  inmensidad que nos domina,
nimiedad insignificante de la Tierra
comparada con el cosmos que nos mira.

Millones y millones de galaxias,
incontables estrellas que titilan,
movimientos veloces de los astros,
y sendas orbitales que caminan.

No sabemos si existen tus confines
ni imaginamos distancias infinitas,
tu grandeza transciende a nuestra mente,
tu realidad supera nuestra estima.

La humanidad temerosa y admirada,
con su mente sencilla y primitiva,
no halló honores más excelsos que rendirte,
y con dioses a los astros confundía.
                                     
Qué secretos arcanos nos guardáis
en vuestras galaxias espirales o elípticas,
qué sorpresas futuribles nos esperan
en las distancias siderales infinitas.

Clara noche, diáfana, estrellada,
sin luces contaminantes, que convida
a adentrarse en lo grandioso y trascendente
y olvidarse de lo mezquino de esta vida.