La vida no muere nunca
ella es reina y soberana,
los demás somos retoños
temporales de su gracia.
El troco viejo se muere
pero no mueren las plantas
que su semilla sembró
y que nacieron lozanas.
Brotes verdes siempre nacen
aunque viejas sean las ramas,
y sus retoños florecen
con nueva vida y con savia.
Vida por doquier te encuentras,
nidos y nuevas camadas,
unos anillos se rompen,
otros en la cadena se engarzan.
Los campos cuando se secan
esperan a que mañana
de nuevo vistan de verde
el renacer de las plantas.
Los niños llenan de vida
las calles y nuestas casas
siempre hay nuevos eslabones
que sustituyen las faltas.
Siempre las vidas nuevas
alegran las vidas largas
y sintonizan con ellas
supliendo lo que les falta.
Sin vida no hay alegría
ni arroyos en la montaña,
ni aves en los jardines,
ni la dicha en nuestras casas.
domingo, 12 de junio de 2011
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