domingo, 23 de enero de 2011

Todos a derrochar

La crisis que padecemos y de la que no nos va a ser fácil salir, no se ha producido únicamente por la mala gestión de la banca, no, sino por el descontrol general del gasto público y privado. Hemos pasado años, en los que la tónica general era gastar y endeudarnos por encima de nuestras posibilidades. Comprábamos viviendas sobrevaloradas, hipotecándonos de por vida. Mientras más viviendas se vendían más subia su precio. Ha habido años que la subida rondaba el 20%.¿Quién controlaba este abuso?.-Nadie. Los que tendrían que haber puesto freno a este robo encubierto, se frotaban las manos, recaudando impuestos y más impuestos para llenar sus arcas.

Pero no solamente el campo de la vivienda nos ha endeudado. Hemos pedido créditos para todo, para vacaciones, para cambiar los muebles, no porque estuvieran inservibles, no, sino por la novedad, y por el cansancio de verlos todos los días. Cambiamos el coche, cuando el que tenemos funciona perfectamente, y no digamos nada del derroche de la ropa, aquí sí que no hay freno alguno. Cada temporada nos hacemos con ropa nueva, desechando la del año anterior, aunque no nos la hayamos puesto nada más que un par de veces. Así podríamos ir tocando otros campos en los que el derroche se ha enseñoreado de la vida moderna.

Las estructuras políticas se han montado, no por necesidad de los ciudadanos, sino para darle puestos, muy bien remunerados, a los políticos. Se han gastado y se siguen gastando ingentes cantidades de dinero en parlamentos, gobiernos autonómicos, y todas las estructuras innecesarias de que se rodean los políticos para confeccionar 17 reinos de taifas. Esta estructura del estado tiene que cambiar, no puede seguir así, por costosa y por innecesaria.Es una de las causantes de la situación de ruina  a la que hemos llegado.

Los políticos no han abierto la boca para rebajar el "status" insostenible en el que se han montado. Han rebajado el sueldo de los funcionarios, han congelado las pensiones, han subido los impuestos, han recortado los gastos sociales, pero siguen en su pedestal de privilegios.

Hay un campo en el que ya no podíamos ir más lejos en el gasto y el despilfarro, me refiero a los clubes de fútbol. En qué cabeza cabe que un país como el nuestro tenga la liga más cara del mundo, los fichajes mas descabellados, donde los millones de euros se manejan como calderilla. Consecuencia lógica, la inmensa mayoría se encuentran entrampados hasta los ojos. Y todos tan contentos, a gritar a los estadios y a decir que somos campeones del mundo, campeones sí, pero a qué precio.

Han sido muchos los que han hundido la economía, no será tan fácil volver a resucitarla. Pero lo peor del caso es que siempre se rompe la cuerda por la parte mas floja, y los que están pagando las consecuencias son los que menos participaron en crear la crisis.