Esta sociedad que nos están fabricando los políticos, cada vez tiene más contradicciones, la lógica parece estar de vacaciones la mayor parte del año, es el oportunismo y el chantajeo los que presiden las decisiones y las imposiciones de las que los ciudadanos somos objeto un día sí y otro también.
Está fuera de toda razón, cuando una persona habla en castellano, lengua oficial, que tenga que decir A Coruña, en gallego, y Lleida, en catalán, en lugar de La Coruña y Lérida, que son los nombres de estas dos ciudades, en castellano. Menudo Babel se montaría, si cada vez que sale el nombre de una ciudad, tuviéramos que nombrarla en el idioma propio del país de origen, esto sería de locura y totalmente imposible. Pues bien esta incongruencia es la que contemplamos en España con estas dos ciudades. No entiendo nada de nada. Solamente fanatismo irracional.
Recuerdo el espectáculo de irracionalidad ,fanatismo e ignorancia que dió el Sr. Carod- Rovira en un programa de televisión porque uno de los participantes, que se expresaba en castellano, le llamó José Luis. Este señor debería repasar las más elementales normas lingüísticas
y saber que cada idioma tiene sus propios vocablos y no hay que introducir palabras en otros idiomas para expresarse. Sr. Rovira su nombre se dice de tantas maneras como idiomas existen, pero si esto no se lo deja ver la venda de su fanatismo, es muy lamentable. Que una persona de su talante esté gobernando una autonomía tan culta y abierta como Cataluña no tiene mas explicación que el chachulleo político.
sábado, 3 de octubre de 2009
Dos cervatillos
A mis nietos Sergio y Pablo
Pablo tiene un añito
y Sergio cuenta cuatro ,
son dos cervatillos
corriendo y saltando.
El césped de mi casa
es su pradera verde,
en ella retozan,
y en él se entretienen.
Les gustan las flores,
cogerlas y darlas,
con una sonrisa
también deshojarlas.
El agua es su imán,
regar su delicia,
las plantas al verlos
les dan su sonrisa.
Sus juegos alegres
llenan el ambiente,
sus risas sonoras,
su porte inocente.
Nueva vida irradian
por toda la casa,
brilla más con ellos,
más luz en la estancia.
Sus medias palabras,
bella melodía,
con gracia y salero,
a todos cautivan.
Pablo tiene un añito
y Sergio cuenta cuatro ,
son dos cervatillos
corriendo y saltando.
El césped de mi casa
es su pradera verde,
en ella retozan,
y en él se entretienen.
Les gustan las flores,
cogerlas y darlas,
con una sonrisa
también deshojarlas.
El agua es su imán,
regar su delicia,
las plantas al verlos
les dan su sonrisa.
Sus juegos alegres
llenan el ambiente,
sus risas sonoras,
su porte inocente.
Nueva vida irradian
por toda la casa,
brilla más con ellos,
más luz en la estancia.
Sus medias palabras,
bella melodía,
con gracia y salero,
a todos cautivan.
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