Nauta del amanecer
navegas por mar etéreo
sin olas que te acaricien,
dirigido por el viento.
Dragones incandescentes
sacan sus lenguas de fuego,
y su hálito de llama
lanza tu cuerpo a los cielos.
Las hadas te ven pasar
por su paisaje de ensueño,
asomadas al balcón
con sus capirotes negros.
Ave que mira hacia el sol
cargada de aventureros,
sin que despliegue sus alas,
y es mecida por el céfiro.
Panorámicas de lápices,
de volcanes que existieron,
que lucharon con las aguas
y que vencieron los vientos.
Montañas envejecidas,
con ventanucos abiertos,
palomares excavados
sobre cenizas de fuego.
Cueva cavada en la roca,
iglesias y monasterios,
laberintos primitivos
que sobrepasan al tiempo.
Así es la Capadocia
tierra de toba, que el viento
esculpió por el capricho
de Vulcano, en su reino.
martes, 20 de diciembre de 2011
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