A través de la historia, los poderosos, aquellos que han dictado las normas de comportamiento social, siempre han barrido para dentro, sobre todo en lo tocante a la propiedad, ya que son ellos los que poseen la riqueza y quieren seguir defendiéndola, y en conocer el comportamiento de sus súbditos, para poderlos manejar a su antojo, obligándolos a confesar todas sus acciones, por muy personales e íntimas que sean, enalteciendo, para ello, el concepto de verdad, llegando incluso a falsearlo.
No es lo mismo mentir que ocultar la verdad. Nadie está obligado a responder preguntas de su vida, que le puedan acarrear daños o perjuicios, a aquellos que no tienen el derecho de saberlas. Con esto, el interrogado no pretende engañar, ya que no es esa su intención, sino la de defenderse de intrusos, que preguntan y sonsacan las vidas ajenas. Ya dice el refrán : al que quiera saber (en el sentido de alcahuetear,), mentiras con él.Pues bien hay una gran confusión entre las gentes que no tienen clara esta sustancial diferencia, entre engañar y ocultar la verdad.
miércoles, 18 de enero de 2017
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