Tenemos que aprender de la historia, pero no lo hacemos ,y volvemos a tropezar una y mil veces en la misma piedra. Los pueblos adultos, no tanto por la edad, sino por la clarividencia de sus ideas, no se pueden dejar engañar por los falsos profetas que tratan de adoctrinarlos en beneficio propio y pintando de rosa aquello, que si tenemos que calificarlo con un color, tendríamos que decir que es del color de la maldad, si éste existiere, porque ningún otro color es malo.
Se sacrifica el bienestar de los pueblos, de las familias, de los ciudadanos, por defender unos idearios políticos que solo benefician al grupo que los impone. El ciudadano lo que quiere y necesita es vivir en paz, libertad para poder desarrollarse como persona, en una sociedad lo más justa posible, que le permita disponer de los medios necesarios para llevar una vida digna. Lo demás es muy secundario. Poco importa que gobierne un partido u otro, lo importante no es el quien, sino el como.
Tenemos pueblos conducidos por dirigentes que no les importa nada el bien de su pueblo, prefieren verlo sufrir, carecer de los medios más elementales de subsitencia, casa ,alimentos, médicos y medicinas, escuelas, etcétera... antes que desistir de su fanatismo ideológico.
Que no nos vendan sus intereses egoistas, disfrazados de patriotismos de independentismos, de liberaciones, de tanta parafernalia inventada para ocultar sus fines, que no son otros que el poder a su servicio, sin control de ningún estamento que les pueda frenar su ambición y su proceder arbitrario.
Criterio fundamental, el bienestar del pueblo, y esto no se puede sacrificar a ninguna otra opción.
domingo, 27 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)