A mi buena amiga
y compañera de docencia
durante muchos años
Adela Hernández García
Nubes blancas, nubes negras
en el cielo siempre veo,
cuando no reluce el sol
ni yo la luna contemplo.
Nubes blancas nacaradas
volutas de blancos sueños
cumplidos y no soñados
que ya volaron muy lejos.
Nubes blancas que me envuelven
y me llevan por los cielos,
como ave voladora
en viajes mañaneros.
Nubes blancas me acarician,
yo complacido me siento
acompañado de cirros,
sintiendo su dulce afecto.
Nubes blancas del amor,
de la amistad y el consenso,
de sentimientos unidos,
de estimación y de aprecio.
Nubes blancas que me traen
a mis hijos y a mis nietos,
a mi buena compañera
con arreboles sinceros.
Nubes blancas me acompañan,
son los amigos que tengo
sabiendo que no me fallan
al sintonizar con ellos.
Nubes negras que amenazan
tormentas en el desierto,
vientos que rompen las ramas
de las plantas de mi huerto.
Nubes negras voladoras
la muerte llevan por dentro,
y la lanzan traicioneras
y la siembran en los pueblos.
Nubes negras que se forman
en el interior del pecho,
si el odio va dominando
la vida y nuestros deseos.
Nubes blancas, nubes negras
alternan mis sentimientos,
blancas que me abren caminos,
las negras yo las detesto.
miércoles, 20 de abril de 2011
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