Eres la voz de esta tierra
andaluza y sevillana,
tienes cuerpo de mujer,
de señorita serrana.
Diriges el sentimiento
profundo, cuando entre palmas,
el cantaor andaluz
rompe en jirones su alma.
Las cuevas del Sacromonte
con ecos de la guitarra
embrujan a los gitanos
cuando zapatean la zambra.
Los tablaos se transforman
cuando suena una guitarra,
cantando por bulerías
y también por sevillanas.
Este pueblo no exagera
cuando siente una guitarra,
son sentimientos profundos
los que suscita en su alma.
Se multiplican gozosos
si la alegría le embarga,
o funden sus sentimientos
cuando anida una plegaria.
En las fiestas de los pueblos
nunca falta una guitarra
que con sus notas alegra
a los que cantan y bailan.
Los romeros caminantes,
plegarias rezan y cantan,
y acompañan sus canciones
con la voz de una guitarra.
Pues la guitarra es la novia,
es la madre y es la hermana,
sus sones son los sentires
que el pueblo guarda en su alma.
martes, 7 de junio de 2011
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