martes, 29 de enero de 2013

Al Teide


Cíclope pétreo ,fiel auriga
de las naos afortunadas,
de tu alto puente vigilas,
atento, tu noble escuadra.

Y se engañan los extraños
si muestras tus barbas blancas,
porque tú siempre eres joven
y tu corazón abrasa.

Tu corte lava y cenizas
salidas de tus entrañas,
Hefesto resucitado
y dormido en las montañas.

Hijo de Hera y de Zeus,
la sangre que de ti mana
es ardiente y generosa
roja color de escarlata.

Tu fragua templa el acero
de tu estirpe soberana,
tú engendraste fuerte hijos
que te respetan y aclaman.

Las nubes ciñen tu sien
entre arreboles de plata,
te coronan su mencey
y como siervas te acatan.

Efluvios de ti proceden
con aroma de retamas,
tajinastes, y violetas
que al que te visita embriagan