viernes, 28 de diciembre de 2012

Desastre de política

Este sistema político que tenemos en España ha demostrado ser un desastre, vuelvo a insistir que el gran problema que tenemos hoy día es el político, aunque a simple vista, nos parezca que el mayor es el económico. A la crisis hemos llegado por la ineptitud y la avaricia de la clase política, que no ha sabido o no ha querido controlar la vida económica del país, sino que ha dejado que cada cual hiciera lo que quisiera, comenzando por los mismos políticos, y es que es imposible que el zorro sea el guardián del gallinero.

Para que un país funcione, hay que plantearse objetivos comunes, que son los que aúnan voluntades y hacen que todos tiren del carro en la misma dirección. En España existe un carro desmantelado y 17 carretas piratas, que contínuamente lo están hostigando y saqueando, en provecho propio, colocándole palos entre las ruedas para que no pueda caminar.Cada carreta tira en su propia dirección, y de esta manera se contraponen las fuerzas y las energías, y el resultado lo tenemos a la vista: clasismo político, paro y pobreza.

Al pueblo español, harto de dictadura, nos encandiló la democracia. En aquellos primeros tiempos era tal la euforia, que no decíamos si una cosa era buena o justa, sino si era democrática o no. Ensalzamos hasta los cielos el nuevo régimen, y a la verdad que nos sentíamos satisfechos con él. Pero por desgracia, de aquel entusiasmo y complacencia no queda nada, sino desilusión y fracaso.

El pueblo tiene que mirar, con sus propios ojos, el campo de la política, del sindicalismo y de la banca, no nos valen  las imágenes que estos grupos, interesados, nos quieran dar de ellos mismos, son imágenes maquilladas, cuando no falseadas; somos nosotros, el pueblo, los que tenemos que hacer de fotógrafos, los que desentrañemos la realidad, sin intermediarios mediáticos comprados y subvencionados. Hemos de darnos un lavado de cerebro de tanto "ismo" interesado por tenernos como súbditos y buscar y exigir otra forma de hacer política, donde el pueblo sea el protagonista y el beneficiario.