sábado, 9 de abril de 2011

Tomar el rábano por las hojas

"El Pleno de la Corporación Municipal de Montilla dio luz verde el pasado miércoles a la construcción de un monumento al patrono, San Francisco Solano, en la ciudad donde nació en 1549. La propuesta, presentada por la comisión pro Monumento al Santo, salió adelante con los votos afirmativos del PSOE, PP y PA, y la abstención de Izquierda Unida. "

Hay en cierta parte de la izquierda una confusión de ideas que le obnubila la mente cuando se hace relación, de alguna forma, a la iglesia católica, y es que una cosa es que el estado español sea no confesional y otra cosa muy distinta es, que sea enemigo y vaya en contra la religión, que es como en la práctica entienden algunos políticos de izquierda.

Para estos señores si una persona se ha hecho merecedora, por sus méritos y servicio a la sociedad, de una distinción, llámese ponerle el nombre de una calle, levantarle un monumento... Si es miembro de la iglesia, ya no es merecedor de tal reconocimiento, porque el estado no es confesional. Qué tendrá que ver una cosa con la otra, se reconocen los méritos de un ciudadano, pertenezca a cualquier religión o sea ateo, aquí no se premia el carácter religioso, sino la labor social desarrollada. Parece que les molesta a estos señores que haya cristianos que se distingan por sus buenas obras.

Todos los que conocemos Montilla y hemos vivido en ella varios años, como es mi caso, conocemos  lo que es S. Francisco Solano (el santo, 1549-1610), para sus paisanos los montillanos y también la labor que realizó durante su vida, en América, en favor de los pobres. Es más que merecedor de un monumento o lo que los ciudadanos de esta ciudad quieran dedicarle. Pues bien los concejales de I.U. se opusieron a esta iniciativa alegando, falsamente, la aconfesionalidad del Estado español. Solamente ante las miles de firmas que presentaron los montillanos, por temor al voto, retrocedieron un poco, sin dar marcha atrás, y se abstuvieron en la votación. Todos los demás grupos políticos votaron afirmativamente y la iniciativa salió adelante.

Quisiera concluir estas líneas, con una llamada a practicar una verdadera democracia en todos los ambientes y sentidos, que no es otra que el respeto hacia los demás, aunque sus ideas, honestas, no coincidan con las nuestras.