En este balancín que divide a la sociedad: políticos y ciudadanos, hoy pesan más los primeros, el balancín se inclina para su lado, pero si llegáramos a un estado federal, esta desproporción, en el peso, sería todavía más pronunciada a favor de los políticos.
Los estados federales han nacido partiendo de la existencia previa de pequeños estados, y posteriormente se ha llegado a una confederación de los mismos, por las grandes ventajas que esta unión proporciona a todos ellos. En España sería al revés, volver a la Edad Media, y esto implicaría un gasto en estructuras políticas insoportable e innecesario, que empobrecería más al pueblo, subirían más los impuestos y crearía unas diferencias insolidarias entre los diversos estados. Para los políticos miel sobre hojuelas; asegurados miles de puestos para ellos, con unos sueldos muy sustanciosos, pero para el pueblo sería una sangría de impuestos.Ya los antiguos romanos afirmaban : Non est multiplicanda entia sine necessitate : Y efectivamente, no hay necesidad alguna de multiplicar las estructuras políticas.
En la base de esa corriente que algunos políticos quieren fomentar, de un estado federal, está antes que nada un egoísmo, una insolidaridad y una autarquía disimulada. Son los más ricos los que suelen defender este tipo de estado, porque así creen que no tendrán que compartir parte de su riqueza con los demás pueblos de la nación. Insolidaridad descarada. Pero hay otra razón, que aunque la ocultan los defensores de esta idea, por impopular, es primordial para ellos, y es su absoluismo, no tener a nadie que les pueda pedir responsabilidades ni poner freno a su ambición de poder.
España es una nación que tiene casi seis siglos de existencia, y por poca historia que sepamos, no podemos olvidar cómo era la vida antes de llegar a la unión de todos sus reinos y territorios: guerras continuas entre vecinos, escaramuzas entre fronteras, inseguridad. Fue un gran logro la unión de todos los pueblos y la formación de una sola nación. No es beneficioso volver otra vez y dar marcha atrás en la historia.
Ninguna nación de las existentes en la actualidad permitirá que se rompa su unidad centenaria. Sobre una nación tienen voz y voto todos sus habitantes, no los de una sola región, y esos parece que lo olvidan. España será un estado federal si el conjunto de los españoles así lo aprueba, no hay otro camino.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
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