domingo, 2 de mayo de 2010

Ordinariez y sectarismo.-P-

Cuando una sociedad no educa a sus niños y jóvenes en valores, corre el peligro real de que salgan los aprovechados a suplir esta carencia, con recetas bastardas, facilonas y atrevidas, carentes de todo valor humano y que solamente persiguen el enriquecimiento propio, a cualquier costa. Esto, que en personas lo suficientemente formadas, solamente es objeto de desprecio y rechazo, no es lo mismo en jóvenes que se están formando y que pueden llegar a creer que tales juicios y comportamientos son formas normales de relacionarse los ciudadanos de este país. No, esto no se puede consentir, si es que verdaderamente amamos a nuestros hijos.

Hay programas donde la ordinariez es el argumento y materia que los substentan. Personajes que no aportan nada, carentes de valores, solamente es el insulto, la interpretación peyorativa, la crítica más acerba de otras personas, metiéndose en su vida pública y privada, y todo esto con la única intención de captar un público morboso que está a la caza de las debilidades humanas. ¿Es esto ético?.- ¿Las autoridades no tienen nada que decir?-¿No es esto un atentado al buen nombre de los ciudadanos y un mal ejemplo para todos?......

Hay otros programas, cuyos protagonistas, personas con carrera, y que se les presupone poseedores de cierta cultura, que son totalmente nefastos. El ambiente es de crispación, de odio, de venganza, de malas maneras y una falta total de educación y respeto por la persona. Tergiversan los hechos e ignoran los acontecimientos históricos, guiados por un sectarismo y fanatismo propios de otros tiempos y de otras culturas. Los malos son los que no piensan como ellos y hay que acabar con el enemigo. Pero esta gente no quiere recordar su propia historia plagada de atrocidades contra la humanidad. Cuando creíamos que con la transición habíamos enterrado, por fin, las dos Españas, como sabiamente entendieron los que la llevaron a cabo, ahora, cuando todos los participantes en aquellos hechos trágicos han fallecido, con alguna rara excepción, vienen algunos aprovechados a desenterrar lo que nunca debía haber sucedido. Y que una cadena de televisión consienta y azuce comportamientos de esta índole, es inconcebible.

Queremos vivir en paz y concordia con todos los ciudadanos y no dejar una herencia de odio y fanatismo a nuestros hijos.