martes, 5 de abril de 2011

Baño de masas.-P-

"Cualquier ciudadano español que lo desee podrá 'apadrinar' desde esta semana a 190 obispos de países en vías de desarrollo para que participen en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Madrid 2011, una iniciativa puesta en marcha por el Regnum Christi --movimiento que comparte el carisma de la Legión de Cristo-- bajo el lema 'Apadrina a un obispo'."

Yo le recomendaría a esta organización llamada Regnum Christi que se dedicara a promover campañas que sintonizaran con el verdadero espíritu cristiano que no es otro que el amor a los pobres, porque en ellos se ve la imagen de Dios, y no a pagar un viaje y estancia de unos obispos, que viviendo en paises pobres y con una feligresía necesitada, puedan permitirse el lujo de un viaje a una concentración que no tiene nada de cristiana y sí mucho de soberbia mundana. Lo que  vendría bien sería que ese dinero se destinara a cubrir tantas necesidades que le rodean. Los obispos conscientes y que tengan las ideas claras de lo que es el cristianismo, no aceptarán esta invitación.

Estos acontecimientos multitudianarios que la jerarquía eclesiástica se ha inventado para darse un baño de masas, haciendo un alarde de poder y prepotencia, aunque se quiera enmascarar bajo nombres que lo único que hacen es disfrazar la realidad, no tienen nada que ver con el cristianismo, claro que tampoco tienen mucho de cristiano los palacios, los títulos, la intransigencia, la soberbia, el derroche del dinero de los pobres....pero como a estos señores no le falta nada, se inventan eventos multitudianarios para "egolatrizar" su persona y sentirse como líderes de las masas.

Hay que perder el miedo a los jerarcas, por suerte la inquisición ha quedado muy atrás en la historia, y depurar el cristianismo de tantas adherencias espúreas como se le han pegado a través de los siglos. Aquellos que se sirven de él como peana y pedestal para su engrandecimiento personal no merecen ser llamados cristianos y menos monopolizar y dirigir un mensaje que han falseado con su popia vida, aunque sus palabras digan otra cosa.

No hay en estas líneas ningún afán de anticlericalismo, la iglesia ha hecho mucho bien en el mundo y lo sigue haciendo, para esta parte de la iglesia mi respeto, admiración y colaboración, pero para aquellos que se sirven de ella para vivir como príncipes mi censura y repulsa.