jueves, 4 de marzo de 2010

El jubilado

Has terminado una etapa,
la más larga de tu vida,
serviste a la sociedad
con tu trabajo, día a día.

Cuántas cosas que contar,
cuántos recuerdos, meditas,
una historia de vivencias
y reflexiones continuas.

Noches de vela y ensueño,
preocupaciones activas,
sobresaltos que no cesan,
todas quedaron dormidas.

De este sueño, al despertar,
lucidez y paz respiras,
ya el tiempo te pertenece,
comienza una nueva vida.

Aprecia y cuenta tu tiempo,
tu madurez beneficia
las decisiones que tomes
y los criterios que aplicas.

Muchos años has donado
a los otros, de tu vida,
la que resta es para ti,
para gozarla, tranquila.

Para hacer bellos proyectos
que enriquezcan tu existencia,
y vivir en plenitud
lo que dicte tu conciencia.

Romper moldes y barreras,
despejando los caminos,
y venciendo los obstáculos
que nos depare el destino.

Te has merecido el descanso
de tu trabajo continuo,
te entregaste a los demás
con sacrificio y ahinco.

Goza ahora de las cosas,
de la familia y amigos,
y con ilusión realiza
lo que otro tiempo no quiso.

Cuanndo en las noches serenas
mires el inmenso cielo,
contemplando las estrellas
invítalas a tus sueños.