lunes, 24 de octubre de 2011

El pueblo lucha contra el poder.

- Despúes de unos día en la Villa y Corte, he retornado a las islas, esperando que mi blog haya recobrado fuerzas en estos día de asueto. Vuelvo a tomar el teclado y a jercitar las neuronas, a ver si con los nuevos aires que las han refrescado pierden algo de su rigidez y se muestran más dinámicas.

------------------------------------------------------------------------------------------

Ha sido una constante, en la historia de la humanidad, la división de los pueblos en dos clases: los que mandan y los vasallos, los que detectan el poder y los que lo sufren, los que lo tienen todo y los que contribuyen a que éstos sigan en su estado de privilegio, el que hace las leyes y el que tiene que cumplirlas. El poderoso siempre ha impuesto su ley y ha exigido al pueblo tributos y servicios.

El pueblo siempre ha luchado, con sus escasas armas, para quitarse este yugo de encima, poco a poco ha ido consiguiendo, a través de la historia, liberarse de esta opresión, pasando de formas de gobierno absolutista hasta las modernas democracias. Pero el camino no ha terminado todavía ni las revindicaciones ante los poderosos. Hoy el ciudadano tiene que defenderse del poder del capital y del poder de los gobernantes. Para el capital parece que la vida del ciudadano no tiene otro objetivo que la producción, la creación de riqueza, principio antihumano e injusto. El trabajo es solamente un medio para obtener lo necesario para llevar una vida digna, pero la vida tiene otras muchas finalidades que no son el trabajo.

Nuestros políticos todavía no han digerido verdades democráticas tan básicas como que el poder radica en el pueblo, y que el buen político es aquel que gobierna sintonizando perfectamente con los deseos y necesidades del mismo, y  que el dinero que manejan lo hacen como administradores y no como propietarios . Nos queda mucho para tener una clase política verdaderamente democrática. En nuetro país, una vez depositada la papeleta en la urna, el pueblo no pinta nada, el político hace y deshace a su gusto, como en la más radical de las dictaduras. Todos los días tenemos que exigir a los gobernantes que gobiernen siguiendo las pautas de una verdadera democracia .