Andalucía se transforma
los días de semana santa,
perdiendo su identidad,
pues la cambia esta semana
por la tierra de Jesús
el que el domingo de palmas
comenzara su pasión
que a la humanidad salvara.
Sus templos abren cancelas
porque ajustadas las andas
de cristos y dolorosas
sus estrechas puertas pasan.
Clarines rompen los aires,
el silencio, en lenta calma,
procesiona por las calles
y se adueña de las almas.
Los pueblos y las ciudades,
sin tramoya, se transforman
en caminos del calvario
y en montículos del Gólgota.
Guiones de nazarenos
forman alineada escolta
alumbrando con los cirios,
que lágrimas de cera lloran.
Y las dolorosas damas
con mantillas españolas
acompañan a su virgen,
que afligida gime y llora.
Escuadrones de romanos
vistiendo a la vieja usanza
con sus corazas y picas
y sus brillantes espadas.
Todos forman el cortejo
de nuestra semana santa
y mantienen la costumbre
del pueblo que llora y canta
con desgarros de saetas
que salen de las gargantas
de un pueblo de sentimientos
que arraigan en sus entrañas.
Así es esta Andalucía,
así es su semana santa,
dolor, piedad, y alegría,
barroca y mística estampa.
viernes, 22 de abril de 2011
Pacifismo de oposición
"Las fuerzas del líder libio, Muamar Gadafi, han atacado con bombas de racimo de fabricación española y con proyectiles tierra-tierra zonas residenciales de Libia, según testimonios de testigos y supervivientes recogidos por el diario estadounidense 'New York Times', que también ha sido testigo de las evidencias sobre el terreno que ha dejado el armamento pesado utilizado por el régimen."
Que el señor ZP se la dé de pacifista y venda bombas de racimo a un terrorista como Gadafi, esto no lo entiende nadie. Pero la verdad es que el pacifismo de este señor lo usa únicamente como argumento de confrontación, para desgastar a sus opositores, sus guerras no son tales, son defensa de los ciudadanos, las guerras son las de los otros. Dejémonos de eufemismos y llamemos a las cosas por su nombre. Una cosa son las palabras en los medios de comunicación, para quedar bien ante los ciudadanos y otra muy diferente son los hechos, las palabras se las lleva el viento, los hechos permanecen.
No se puede justificar esta venta de armas prohibidas, con la excusa de que si no se las vende España se las vendería otro país. Esta lógica no se sostiene, y si nos guiamos por ella nos induciría a cometer los mayores crímenes, apoyados en que otros también los harían.
Es de una irresposabilidad sin límites, primero, fabricar esta clase de armas incontrolables, cuyo objetivo primordial es la población civil, y segundo, ponerlas en manos de un dictador patrocinador y ejecutor de actos de terrorismo, como está demostrado.
No se puede argumentar que la prohibición de fabricar estas armas se estableció en el año de 2007, porque con anterioridad existía el Código de Conducta europeo que desaconsejaban su fabricación, venta y uso. Pero las autoridades españolas solamente se enteran de lo que les interesa, y estos temas que masacran a la humanidad parece no interesarles mucho. Es una verguenza que en pleno siglo XXI existan las guerras y que los países sigan fabricando armas mortíferas, con la insensibilidad propia de aquellos, para quienes la vida de los inocentes no tiene valor alguno.
No podemos entender a los políticos, todos hacen lo mismo, pero nos quieren vender que cuando lo hace el opositor es malo pero si lo hace el gobernante es bueno. Lo que digo, incomprensible.
Que el señor ZP se la dé de pacifista y venda bombas de racimo a un terrorista como Gadafi, esto no lo entiende nadie. Pero la verdad es que el pacifismo de este señor lo usa únicamente como argumento de confrontación, para desgastar a sus opositores, sus guerras no son tales, son defensa de los ciudadanos, las guerras son las de los otros. Dejémonos de eufemismos y llamemos a las cosas por su nombre. Una cosa son las palabras en los medios de comunicación, para quedar bien ante los ciudadanos y otra muy diferente son los hechos, las palabras se las lleva el viento, los hechos permanecen.
No se puede justificar esta venta de armas prohibidas, con la excusa de que si no se las vende España se las vendería otro país. Esta lógica no se sostiene, y si nos guiamos por ella nos induciría a cometer los mayores crímenes, apoyados en que otros también los harían.
Es de una irresposabilidad sin límites, primero, fabricar esta clase de armas incontrolables, cuyo objetivo primordial es la población civil, y segundo, ponerlas en manos de un dictador patrocinador y ejecutor de actos de terrorismo, como está demostrado.
No se puede argumentar que la prohibición de fabricar estas armas se estableció en el año de 2007, porque con anterioridad existía el Código de Conducta europeo que desaconsejaban su fabricación, venta y uso. Pero las autoridades españolas solamente se enteran de lo que les interesa, y estos temas que masacran a la humanidad parece no interesarles mucho. Es una verguenza que en pleno siglo XXI existan las guerras y que los países sigan fabricando armas mortíferas, con la insensibilidad propia de aquellos, para quienes la vida de los inocentes no tiene valor alguno.
No podemos entender a los políticos, todos hacen lo mismo, pero nos quieren vender que cuando lo hace el opositor es malo pero si lo hace el gobernante es bueno. Lo que digo, incomprensible.
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