No podemos pretender
ni exigir, con nuestros ruegos,
que cambie la realidad
para que estemos contentos.
Nuestros días son contados,
y porque nos rebelemos,
no podremos conseguir
cambiar lo malo por bueno.
No somos seres eternos,
simplemente pasajeros
que emprendemos un camino
el mismo día que nacemos.
Y cuando acaba esta senda
se acabó nuestro relevo,
aunque siempre deseemos
seguir, y seguir corriendo.
Nos inventamos mil cosas
que afirmen nuestros deseos,
tantas como pueblos hay
en este gran universo.
miércoles, 7 de marzo de 2012
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