Hay una cosa, en nuestra vida política, que nunca he entendido, bueno hay muchas, pero hoy me voy a entretener en comentar una: los profesores que se dedican a la política, concejales, alcaldes... y los sindicalistas, que están liberados de la enseñanza, y por tanto no pisan para nada un colegio, y muchos de ellos no lo van a pisar nunca más, cobren de la consejería de educación y no del presupuesto del ayuntamiento o del sindicato para el que trabajan.
Los colegios tienen unas asignaciones, para su funcionamiento, más bien escasas, igualmente sucede para su mantenimiento material. Hay clases que pasan los años y años y no ven ni una gota de pintura, las paredes totalmente deterioradas, hay pisos de patios de recreo en los que está prohibido que se caigan los niños, porque de lo contrario se van a encontrar con una lija del 0, el material de clase es poco y desfasado con los tiempos actuales, y así podríamos seguir enumerando carencias en nuestros centros de enseñanza.
Yo diría que la consejería de enseñanza es la que menos dinero gasta por ciudadano atendido, dicho de otra manera: la que menor presupuesto relativo tiene, en comparación con otras consejerías, y a pesar de todo esto, se permite el lujo de pagar las nóminas de una gran cantidad de ediles y sindicalistas que no trabajan para ella, dando la impresión que le sobra el dinero y no sabe qué hacer con el. Esto es a todas luces injusto, porque ese dinero vendría muy bien para obtener unos recursos y organizar unas actividades que ayudaran a elevar la calidad de nuestra enseñanza, que todos sabemos como anda.
Lo peor de este caso es que no tengo noticia de que ninguna APA, ni consejos escolares, ni ninguna otra organización relacionada con la enseñanza haya hecho la menor protesta por este dinero sustraido de la educación de sus hijos, parece que a nadie le importa este tema.
jueves, 15 de marzo de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)