Mi vida se ha dividido,
mi corazón está inquieto,
ya no late para mi,
tiene un corazón gemelo.
Sensible escucha su voz,
le responde, yo lo siento
cómo acelera su ritmo,
parece un corazón nuevo.
Mi mente ya no ambiciona
legados de aquellos tiempos,
cuando oigo tus susurros
no tengo ya más anhelos.
Dulzura siento en mi alma
cuando tu cara contemplo,
y mil rayos de oro puro
son para mi tus cabellos.
Tu mirada embriagadora
destellos son de luceros,
que iluminan mi existencia
cuando a mi lado te tengo.
Sirenas divinizadas
tu bello talle esculpieron,
y tomaron de las diosas
los patrones de tu cuerpo.
Fueron por todos los mares,
y de arrecifes de ensueño,
los corales más hermosos,
en tus labios los pusieron.
Al ruiseñor cadencioso,
su voz dulce le pidieron,
y con sus bellos registros
la tuya te compusieron.
Del andar de la gacela
copiaron tu paso lento,
y levitas cuando pasas
sin querer dañar el suelo.
No es humana mi amor,
es la diosa de mis sueños,
todas las noches la miro
brillando en el firmamento.
jueves, 9 de diciembre de 2010
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