- Antes de corregir a otro, piensa si el equivocado eres tú.
- Las enfermedades son las averías del cuerpo humano.
- No hay palabras impronunciables, sino palabras que no las queremos oir.
- No todos los palos que te da la vida son inmerecidos.
- Pregúntale al frutero para qué sirven los insectos.
- Los campos no se avergüenzan cuando están desnudos.
- Al final sólo nos quedan los recuerdos.
- El poeta vive en otros mundos, tantos como poemas.
- La soberbia es un gran muro que te separa y aísla de la sabiduría.
- La persona inteligente es la que cada día aprende que le quedan muchas más cosas por aprender.
- No hay que confundir la fidelidad con la esclavitud.
- El hombre siempre tiene algún motivo para no sentirse desgraciado.
- Si el sol no entra en tu casa, sal a la calle a buscarlo.
- Si la vida no te hace flexible, corres el riesgo de romperte con sus golpes.
- Las miradas son más elocuentes que las palabras.
- Nos queda tan poca libertad que, a veces, piensas si merece la pena luchar por ella.
- Al hombre le pasa lo que a los frutos, que solamente conocemos de ellos la cáscara.
- La extravagancia debe estar muy extendida, al sopesar la cantidad de extravagantes que triunfan.
- El hombre libre no echa raíces en un metro cuadrado de tierra.
- La libertad siempre tiene las alas extendidas.
viernes, 10 de febrero de 2012
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