Siempre quedan horizontes
aunque un camino se acabe,
aunque el vendaval levante
de popa a proa tu nave.
Siempre quedan horizontes
aunque la noche se apague,
porque quedan las estrellas
con su tenue luz brillante.
Siempre quedan horizontes
aunque el ser querido falte,
aunque se rompa tu alma
y tu pena no se calme.
Siempre quedan horizontes
aunque el cruel dolor te dañe,
y dolorido te postre
con una dolencia grave.
Siempre quedan horizontes
aunque negras nubes tapen
el sol que irradia en la vida
la luz de nuestros semblantes.
Siempre quedan horizontes
aunque el amigo nos falle,
pues la amistad no se agota
con un solo personaje.
Siempre quedan horizontes
aunque las fuerzas nos fallen,
la voluntad no la vencen
dificultades ni males.
Siempre quedan horizontes
aunque el amor se te marche,
ya que el corazón no muere
aunque el amor ya le falte.
Siempre quedan horizontes
mientras la vida acompañe,
y esperanzas renovadas,
y retoños que renacen.
domingo, 6 de febrero de 2011
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