lunes, 27 de mayo de 2013

Atardeceres

Ya voy midiendo mis pasos
y mirando el calendario,
el reloj ya no lo miro,
sus agujas van volando.

Voy perdiendo poco a poco
lo que me dieron los años,
y tendré que devolverlo,
pues me lo dieron prestado.

Cada amanecer lo tengo
por nuevo y bello regalo,
como manjar exquisito,
como placer no esperado.

Los atardeceres siento
entrañables  y cercanos,
contemplando el mar azul
teñido de rosa pálido.

La Palma contemplo a veces
desde la playa, sentado,
barca varada en las rocas
ancladas en el océano.

Al final siempre me quedo,
con nostalgia, cavilando,
como si fuera un adiós
lo que contemplo, admirado.