viernes, 1 de junio de 2012

Una constitución para el pueblo.

Si la  democracia se define como un regimen político en el que el pueblo es el soberano y los políticos son los representantes y administradores de éste, hay que hacer una constitución acorde con este principio, cosa que la actual no cumple. La constitución actual se hizo pensando más en contentar a los políticos y en su ineterés, que en el interés del pueblo. Se abrió la mano para que los nacionalistas no se tiraran al campo, creyendo que se iban a contentar con lo que se les concedía, grave e infantil error, ellos quieren el cien por cien del poder, y su meta  no es otra que conseguir romper el estado español.

A la sombra de éstos, los demás políticos exigieron lo mismo que ellos, un pedazo bien grande de la tarta política, y como el territorio no daba para más, se dedicaron a crear cargos y más cargos , bien remunerados, para emplear en ellos al mayor número posible de militantes. Se fabricó una máquina política enorme y pesada, hasta que ha llegado el día que se ha agotado el combustible disponible y su caminar se ha convertido en un andar torpe y renqueante. Pero ha llegado ya la hora del cambio, hay que hacer una nueva, constitución del pueblo y para el pueblo.

Los políticos deben ser los administradores fieles de la cosa publica,  y no los dueños y señores, no hemos avanzado tanto como quisiñeramos en liberarnos de la losa pesada del poder, no hemos logrado que se convierta en servicio. Los políticos actuales hacen mil malabarismos para hacernos creer que la actual democracia es el régimen político deseado y complaciente con las aspiraciones de los ciudadanos. Pero se equivocan, el pueblo no se contenta con depositar una papeleta en una urna, cada cuatro años, esto es una caricatura de democracia, un simple engaño.

De esta nueva constitución, deben desaparecer todas las estructuras innecesarias : senado, tribunal constitucional, consejos consultivos, parlamentos de comunidades autónomas, diputaciones provinciales....Reducir el número de ayuntamientos, mediante un mecanismo de agrupación. Reducir el número de diputados y de concejales. Regular por ley el sueldo de todos los puestos políticos. Exigir, penalmente, el mal uso de los bienes públicos y la reposición del dinero sustraido o mal empleado.

Una constitución hecha por técnicos, por personas entendidas y no por políticos.