miércoles, 16 de noviembre de 2011

Chanajiga

Edén de la laurisilva,
bosque de antiguos ancestros,
guardas memoria en tus ramas
no cuentas años, milenios.

Las nubes lavan tu cara,
tus flores muestran sus pétalos
engarzados de rocío
como joyas de alto precio.

Embrujo tienen los tilos,
que se acercan al sendero,
la niebla ciega la vista,
sus gotas cubre los brezos.

Abrazos de enamorada
con transeuntes secretos
dejan tu cara bañada
con los perfumes más frescos.

Laurisilva milenaria
reducto de viejos tiempos,
fénix que vuelve a nacer
de dorados brotes tiernos.

Lauresles y palo blanco
acebiños y codesos,
las fayas y peralillos
mocanes, sauces y helechos,

barbusanos y naranjos,
laureles y verdes brezos,
sanguinos, crestas de gallo,
poleo de monte y adernos.

Estos son los moradores
de tus montes verdinegros
en donde habitan los nomos
de tus antiguos recuerdos.