lunes, 7 de diciembre de 2009

Soledad

Nadie está solo si su espíritu está vivo
cargado de franqueza y de autoestima,
no hay depresiones que hundan la esperanza
del que por sendas de ilusión camina.

La soledad no cierra puertas,
ni tampoco ventanas o balcones,
concentra las vivencias mañaneras
llenándote de anhelos y emociones.

Crisol de ideas meditadas
depuradas por la lógica y el tiempo,
no hay voces que distraigan o interfieran,
ni llamadas que cambie el pensamiento.

Soledad, tierra fértil donde crecen
ramilletes de flores no alteradas
por polen volador que arrastra el viento
ni tampoco marchitas o truncadas.

Te encuentras contigo en soledad,
y te sinceras sin miedo a los humanos,
no hay testigos que oigan tu oración,
ni apariencias que te inciten a engaños.

Examinas los recovecos interiores
buscando los rincones olvidados,
los secretos que nunca comunicas,
y con esmero los tienes bien guardados.

La soledad es fiel y sincera compañera,
que nunca traiciona la confianza encomendada,
y acalla los susurros lisonjeros
que tratan de falsear las vivencias realizadas.

En ella nacen los proyectos de tu vida,
las ideas y decisiones trascendentes,
clarividencia tu espíritu ilumina
sin distracciones ni obstáculos presentes.

Cuando nubarrones negros atisbes en el horizonte,
cuando el orbe pienses que pesa más sobre tu mente,
cuando las ventanas se cierren y no abran,
decidido, toma tu soledad por la mano, y pierdete.