viernes, 10 de diciembre de 2010

Ni buenos ni malos

Cuando uno ha vivido ya lo suficiente para aprender algo de la vida, y ha procurado que la semilla del radicalismo juvenil se la llevara rápidamente el viento, procurando abrir los ojos de la inteligencia a toda luz que pueda arrojar algo de clarividencia,  la siempre difícil labor de analizar y valorar los acontecimientos de nuestra sociedad, se hace un poco más llevadera.

Los políticos están empeñados en dividir la sociedad en cuantiosos rebaños, para pastorearlos en sus campos ideológicos y que les sirvan de pedestal para su ascenso al poder, y esto tratan de disfrazarlo y colorearlo, de mil maneras, para que no se vea la auténtica realidad que todos persiguen, el poder. Labor nefasta, la división no conduce a nada bueno.

Europa, aunque tarde, asumió esta idea, y a pesar de las dificultades que entraña, porque los políticos son reacios a soltar su cuota de poder, poco a poco vamos dando pasitos hacia la unión.

Se hacen la guerra unos a otros, a veces, con argumentos tan pobres, que causan hilaridad. El que habla es el bueno, y los demás son los malos. Los regímenes políticos afines pueden cometer las mayores atrocidades, que nunca les oirás hacer la menor crítica, las críticas son para los otros, para los malos. Qué maneras más pobres de tratar la inteligencia de los ciudadanos. ¿Será porque ellos son pobres de ideas?
Dan la sensación de que no viven la vida real, sino que emplean su tiempo en cultivar la parcelita que se han fabricado, a su imagen y semejanza.

Ni buenos ni malos, no hay una línea divisoria que los separe, como si fuera la frontera del bien y del mal, eso son elucubraciones suyas. No, en cada grupo hay de todo, y al ciudadano lo que nos interesa es la bondad o no, pero de  su obra como gobernante, otros aspectos nos interesan poco. A la inmensa mayoría no nos  beneficia volver a las dos Españas; los que protagonizaron esta triste historia, ya no existen. Los que realizaron la transición tomaron la sabia decisión de borrón y cuenta nueva y mirar hacia el futuro de nuestros hijos, con otra cara, pero parece ser que hay algunos que quieren dar marcha atrás y volver otra vez a la confrontación y a la división. Mal servivio van a prestar a España. La inmensa mayoría de los españoles no queremos eso.