sábado, 21 de mayo de 2011

Los políticos han perdido la credibilidad.

Aunque todavía hay mucho analfabeto político en España, aferrado a unas siglas y a unas ideas, por tradición, por herencia o por moda, es verdad que conforme el pueblo va perdiendo el miedo y adquiere más cultura, se va liberando de las ataduras de los partidos políticos, aunque lentamente, y su voto va siendo cada vez más libre.

Entiendo que a las personas mayores, sin cultura, se les engañara y les hicieran caso a la partición que los políticos hacían del electorado, pero lo que no comprendo es que personas con cultura, que razonan muy bien, sigan con un voto cautivo, sobre todo si a los que votan han gobernado de una forma nefasta para el pueblo. Son esclavos de sus ideas.

El día en que todos sepamos votar, que busquemos los buenos administradores de la cosa pública, prescidiendo de otras razones, cambiará muy mucho el comportamiento de nuestros gobernantes, acabaremos con los chantajes de las minorías y les exigiremos cuentas de su gestión.

Las palabras hoy no nos sirven, están muy desprestigiadas y maltratadas, lo vemos a diario al escuchar las manifestaciones de los políticos. Nos han mentido tanto, que han perdido totalmente la credibilidad ante el pueblo ; ya nadie les hace caso. Se pueden ahorrar mítines, campañas, medios de comunicación, el pueblo está harto de toda esta parafernalia y quiere hechos, realidades, buenos servicios, justicia, trabajo, seguridad, a esto es a lo que damos crédito los ciudadanos, por esto los vamos a juzgar, no por sus palabras sino por sus hechos.

Es muy lamentable que tengamos que seguir votando a personas en las que no creemos, que han perdido toda nuestra confianza , esto conduce cada vez más a una mayor abstención. Estamos pidiendo a voz en grito el cambio de la legislación actual en materia de elecciones, pero los políticos hacen oídos sordos ante el clamor del pueblo: listas abiertas, segunda vuelta, equivalencia de los votos...etc...etc..

Parece que en la política española hay una consigna con la que todos los partidos se han puesto de acuerdo, (además de ponerse un buen sueldo y gozar de unos privilegios injustificables): hablar mal de los competidores, todo el día los medios de comunicación nos aporrean con las diatribas de unos y otros, ya no sabemos si lo que se dicen es verdad o pura mentira,(miente que algo queda), es muy lamentable este ejemplo que a diario están dando a la sociedad; no saben que los más perjudicados son ellos mismos, el descrédito que se están ganando.

No se puede llamar democracia a una forma de gobierno en la que el pueblo va por un lado y la clase política por otro, porque en realidad los ciudadanos no nos sentimos representados con los que no sintonizan con el pueblo.