Nadie ha visto a los espíritus
ni ha notado su presencia.
¿Quién ha inventado esta fábula?
La ignorancia, no la ciencia.
El hombre no se contenta
con ser un ser temporal,
y busca por todas partes
cómo poder vivir más.
Examina su interior
y escudriña su cerebro
y no encuentra alternativa
que sustituya a este evento
Sus deseos los entifica
sin argumento evidente,
antepone sus anhelos
a una búsqueda prudente.
En la mente todo cabe,
amplias creaciones irreales,
pero de esto no se trata.
¿Dónde están las realidades?
La lógica no trasciende,
solo instrumento mental,
y fuera del pensamiento
nada nos puede brindar.
Enfermedades mentales
desconocidas entonces,
y fatasías visionarias
dominaban a los hombres.
Los miedos y la estulticia
creaban fantásticos seres
que corrían de boca en boca
con el mayor interés.
De aquellos tiempos obscuros
de un medioevo pasado
todavía hoy arrastramos
un lamentable legado.
Vivamos de realidades,
no de quimeras ni cuentos,
de razones y verdades
de sapiencias y talentos.
martes, 11 de agosto de 2009
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