No interepretes mis palabras
con el sentir de tu mente,
son claras y cristalinas,
no necesitan intérprete.
Solamente que las oigas
sin actitud exigente,
ni intenciones inducidas
a falsear lo que sientes.
Si pasan por un tamiz
con tintes intransigentes,
ya no serán mis palabras,
pues cambiarán de repente.
El agua de mis palabras,
sale de mi propia fuente
sin alterar su sentido,
sin intención de ofenderte.
Solamente son palabras,
no son venablos hirientes,
no necesitas escudo
para poder defenderte.
No busques doble sentido,
pues no poseen dobleces,
son llanas, sin altozanos,
sencillas y transparentes.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
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