martes, 22 de junio de 2010

Búsqueda

Cuando miramos atrás
en soledad placentera,
a la luz de la verdad,
cuántas sombras se desvelan.

Nubes que apagan la mente,
que la tiñen de tinieblas,
pero cuando nace el sol
se disipan como niebla.

Creencias muy arraigadas
en las humildes conciencias,
nacidas en la ignorancia,
contra la razón, impuestas.

Tiempos obscuros, pasados,
mentes rudas y perversas
¿Cómo han fraguado doctrinas
para darlas por certeras?

¿De qué fuente o manantial
extraen estas ideas?
Son el arma de su imperio,
pero no de su sapiencia.

Muchos siglos han pasado,
y el hombre avanza en la ciencia,
con mentes claras y humildes,
con trabajo y con paciencia.

Pero nadie ha descubierto
ni probado, en esta Tierra,
lo que hombres ignorantes
impusieron a la fuerza.

La verdad siempre se impone
con su auténtica presencia,
no necesita que nadie
la imponga, usando violencia.