Cada vez entiendo menos
las razones de este pueblo,
anclado en los extremismos,
aunque sean malos, de hecho.
Los extremos son posturas
de quien no tiene talento,
pues falsean la realidad
por verla desde muy lejos.
No se puede ir por la vida
con filtros en el cerebro,
desechando la verdad
cuando no me da contento.
No reconocer errores,
ni pecas en nuestro cuerpo,
es repetir, a sabiendas,
aquello que está mal hecho.
Los pueblos avanzan poco
cuando están en los extremos,
si el auriga que los guía
no los conduce hacia el centro.
Extremismos radicales,
fanatismos de otros tiempos,
irracionales posturas,
atraso para los pueblos.
Repasemos las historias,
y no olvidemos los hechos
injustos y lamentables
de un fanatismo cruento.
Los hombres no hemos nacido
para estar en los extremos,
que nos impiden ver claro
las ideas de nuestro tiempo.
Si en el jardín familiar
cultivamos, desde tiempo,
la planta del extremismo
malos frutos obtendremos.
Ya tenemos otros ojos
sin antifaces funestos,
no miremos hacia atrás,
que la luz está en el centro.
lunes, 31 de mayo de 2010
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